Jesús le dijo: “¡María!”. Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: “¡Raboní!”, es decir “¡Maestro!”

22 de julio santa María Magdalena

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Hoy 22 de julio celebramos a santa María Magdalena, quien a lo largo de la historia cristiana ha sido una mujer que ha provocado admiración por su seguimiento y por ser la primera testigo de la resurrección del Señor. Sin embargo, la historia y la cultura patriarcal ha oscurecido su imagen protagónica atribuyéndole características que no se encuentran en los evangelios como son: la pecadora arrepentida, la penitente, la mujer adultera o la mujer sorprendida en prostitución. No obstante, el evangelio nos dice que ella es una mujer que sigue a Jesús; se mantuvo a los pies de la cruz, testigo de la resurrección y que de ella salieron siete demonios (Lc. 8,3)

La teología feminista nos ayuda a profundizar en la reflexión sobre María de Magdala, sacando esas imágenes de una pobre mujer, sino más bien como una discípula y apóstol. “María Magdalena, testigo de la primera hora: es el arquetipo de esa connaturalidad con la que las mujeres se sentían llamadas por Jesús y lo seguían por la experiencia de igualdad que tenia a su lado. De hecho, no hay un relato de vocación de ella, no obstante, la tradición la reconoce apóstol de los apóstoles. Sin embargo, en un mundo patriarcal con categorías androcéntricas, debe haber sido muy difícil aceptar que una mujer tuviera la primacía para ser la primera testigo del sepulcro vacío, la primera testigo de la resurrección, la primera enviada por el Señor resucitado.”[1]

Esta celebración es una llamada a reconocer a esta mujer apasionada que se sabe discípula de Jesús, le sigue, lo conoce, escucha, lo busca aún en el sepulcro. Ella es la apóstol de los apóstoles que se encuentra con el Resucitado, lo reconoce cuando la llama por su nombre, siendo el mismo gesto que tiene el Maestro al llamar a los 12, los llama por su nombre.

Santa María Magdalena es nombrada patrona de las hermanas contemplativas del Buen Pastor, por santa María Eufrasia, ella dice: “Santa Magdalena, es una santa de mi predilección. Yo invoco cada día de manera especial, sobretodo le pido que, ya que ella asistió a la apertura del Corazón de Jesús, sobre el calvario, me obtenga de Dios el conocimiento y el amor de su Corazón.”[2]

 

Hoy las constituciones de la Congregación del Buen Pastor invitan a hermanas apostólicas y contemplativas, a reconocer que María Magdalena proclama de manera particular la fuerza liberadora del amor misericordioso e infunde en nosotras la esperanza de que, a través de este amor, todos los que necesitan reconciliación pueden retornar al Padre. (Const. 9)

Esta nueva mirada de María Magdalena nos lleva al desafío que nos propone la Congregación a las hermanas Contemplativas y Apostólicas: Abrirnos a las nuevas historias, a las nuevas metáforas y a los nuevos paradigmas que están surgiendo, experimentamos un cambio en nuestra conciencia y un llamado a una nueva forma de ser, un llamado radical a una presencia contemplativa y profética. Estamos llamadas a ser Mujeres cautivadas por el Amor y apasionadas por la Justicia.[3]

 

[1] Ribeiro de De Isla, María Laura. Teología y discipulado con rostro de mujer. Una aproximación a Ana María Tepedino. Mujeres haciendo teologías 3. Ed. San Pablo, Buenos Aires, 2009.

[2] Perfume derramado. Historia y espiritualidad de las hermanas Contemplativas del Buen Pastor. Pagina 27.

[3] Suplemento 2019 a las Líneas de Orientación para la Formación del 2014.

 

Por. Hna. Carolina Madariaga