Pascua Madre Josefa Fernández Concha.

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+13 de Enero de 1928.

Josefa nace el 15 de marzo de 1835 en Santiago de Chile, en la Casona de calle Las Claras, (hoy Mac Iver) con Santo Domingo). A la usanza de la época, Josefa recibió toda su educación en Casa: amor a Dios y a las personas de la familia y de servicio en un ambiente de comunión humana y espiritual.

Las Fiestas Litúrgicas se celebraban con solemnidad en la Iglesia y en casa. Se leían los textos del Evangelio y a cada miembro le tocaba su turno. El rezo del Rosario era diario. Su vida fluye en la alegría, el bullicio, la música y el compartir. Las responsabilidades no faltan, se aboca al estudio y a colaborar en múltiples quehaceres de esta gran familia.
En casa se estaba al día en todos los acontecimientos de la época, nacionales e internacionales, los que se comentaban en las tertulias en distintas casas y salones. Josefa ya tenía 13 años cuando Chile recupera la isla de Chiloé de mano de los españoles, último paso de la independencia del dominio Español. Igualmente cuando Chile declara la soberanía del sur con el Estrecho de Magallanes. Estos temas y las guerras civiles, y la del Pacífico, donde seres queridos y combatientes han perdido la vida, la llevan a vivir estos sufrimientos con compasión y oración. Los adelantos de la época, le van enseñando a actualizarse, y la llegada de las ideas liberales la hacen adentrarse en caminos de reformas que van forjando su carácter y su identidad.

Josefa aprendió literatura, matemáticas, ciencias e idiomas y música, con profesores particulares, y en familia se familiarizó con el bordado.Fue secretaria de su padre en su estudio de abogado durante más de diez años. Era muy lectora particularmente de obras francesas y españolas que comentaba con sus amigas. Leía a algunos padres de la Iglesia preferentemente a San Agustín. Las obras de Fray Luis de León, de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz, le abrían nuevos horizontes espirituales que la invitaban a una vida de oración más profunda e íntima con Dios. La Biblia era alimento diario, se leía en familia siguiendo la Liturgia, también el rosario diario.

Desde pequeña, junto a su madre, hermanas y hermanos visitaban y apoyaban a familias muy pobres, especialmente mujeres que vivían en la periferia de Santiago, a la orilla norte del río Mapocho. La gran parte de estas mujeres y sus hijos eran migrantes del campo, ya que sus esposos habían sido reclutados, para la Revoluciones civiles, y la Guerra del Pacífico (1836-1839). Las guerras civiles chilenas de 1829-1830, 1851 y 1859 dejaron, entre muertos y heridos, 2.000, 4.000 y 5.000 personas. Estas cantidades nos impactan, ya que Chile tenía en 1835 un total de Un millón 10 mil 336 habitantes, con una población rural de casi el 80%. En 1854 en Santiago, la población era de 69. 018 habitantes, y en 1865 eran 115. 337.

Sentía arder su corazón cuando veía a las personas sumidas en la tristeza, la pobreza material y espiritual y los servía con toda su amor de niña, adolescente y joven. Su marcada vocación social la conduce a trabajar en la Sociedad de Beneficencia fundada por la Sra. Antonia Salas de Errázuriz, en la que su madre era tesorera. Colabora en la creación del Convento del Buen Pastor en Santiago, en la calle Rivera; allí pone todo su empeño emprendedor, su fortaleza y reciedumbre.

En medio de estos trabajos, Dios la llama; se siente cautivada por el carisma de misericordia y reconciliación que testimonian las religiosas del Buen Pastor. Tiene 27 años, es una mujer madura, inteligente, culta, enriquecida con múltiples dones entre ellos el de organización. Ingresa al noviciado en 1862 y en 1863 pronuncia sus Votos perpetuos, donde recibe el nombre de María de San Agustín. Ese mismo año es nombrada superiora del convento de la calle Rivera, donde muy luego se deja sentir el progreso espiritual gracias a su liderazgo y carisma. Consagró su vida para acoger y hacer visible la misericordia de Dios en la mujer desvalida, y apostó por el amor hacia las personas más desheredadas de la sociedad.

Fue una mujer apostólica, que irradió vida, dinamismo, alegría en el amor a Dios. Toda empresa era poca para el fin de sanar a mujeres, jóvenes y niñas víctimas de abuso de toda índole. El celo de Dios la consumía de tal manera, que contagiaba a su familia, amistades, autoridades civiles y eclesiásticas, obreros, jóvenes... de modo que el carisma evangélico del Buen Pastor se expandía como aceite, impregnando los ambientes que ella tocaba.

Fundó 35 comunidades religiosas, Hogares para jóvenes, adultas y mujeres detenidas, en Chile, Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay. Compartió personalmente, las carencias y múltiples dificultades de los principios, dejando la impronta de su iniciativa, de su seguimiento de Jesús Buen Pastor y de su infatigable búsqueda de recursos y capacidad de entrega.

¿Sacrificios, penalidades, incomprensiones? Los tuvo y múltiples, y los vivió como escuela de aprendizaje en el seguimiento de Cristo crucificado y resucitado.
Lúcida hasta el fin de sus días, murió el 13 de Enero de 1928 a los 93 años en la Casa Provincial de Argentina, en Buenos Aires, donde está sepultada. Se despidió con una sola palabra: "perdón", incoando su vida nueva con un acto de trascendente reconciliación.

Por mediación de la Sierva de Dios, Madre Josefa Fernández-Concha, Dios ha otorgado innumerables favores y gracias a quienes han recurrido a su intercesión.

Oración
JESÚS Buen Pastor,
Tú conoces a tu fiel servidora Josefa, mujer llena de tu Espíritu, modelo de santidad y defensora de la dignidad de la mujer en América del Sur,
Haznos capaces de imitar su fe, su íntima relación con Dios y sus actitudes de escucha, de diálogo, de emprendimiento y confianza hacia los demás, para construir una verdadera comunión de vida con Cristo y con nuestros hermanos y hermanas, en sus propios espacios, carencias, alegrías y dificultades.
Apoyadas/os en su intercesión, queremos construir una sociedad más justa en proyectos que hagan posible un mundo mejor.
Señor, que la existencia de esta mujer tan humana en su santidad, sea foco que ilumine y guíe nuestros pasos hacia quienes más necesitan que el Pastor Bueno los estreche contra su corazón.
Que vives y reinas por los siglos de los siglos.
AMEN

- "Corazón sabio y misericordioso de Jesús Buen Pastor, (3 veces)
R: Glorifica a tu Sierva Josefa Fernández Concha"

Hna. Angélica Guzmán Vicuña