Mujer

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8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer.


Querida y relegada; necesitada y alejada; buscada y empujada; laboriosa y poco reconocida; trabajando con hombres y mujeres para un mundo mejor para ellas y para todos. Así vemos a la mujer en la historia y en la actualidad.


El amor a ella y a sus representaciones se proclama en todo lugar. Hombres y mujeres de diversos ámbitos lo hacen inconscientemente al hablar de la patria, la tierra, la mina, las estrellas, la naturaleza, la luna, la celebración, la fiesta... todas representaciones de lo más femenino de las mujeres por cuanto poseen esa sensibilidad única que las hace engendrar y donar valores, bienes, frutos, luz, calor, agua, alegría... y aunque mucho sea masculino, provienen de lo más femenino de "esas" representaciones... Naturalmente, también sucede con los hombres...

¿Se podría necesitar algo más para sentirse orgullosa? ¿Un bonito cuerpo? ¿Hablar idiomas? Dejo la respuesta a su arbitrio. ¿Qué es lo que tiene más poder que un motor o una maquinaria para mover al mundo? Sólo el amor protector, incondicional, ilimitado, generoso que entrega una mujer cuando está entre su parvada, en su casa, en la escuela, en el arte, en la ciencia, en los negocios, en la iglesia, etc. etc.

Parece un tema sencillo, pero no lo es... el no reconocimiento de esta universalidad por ellas ni por ellos, hace que se freneticen las búsquedas. No estamos en oposición a ellas, pero si estuviésemos bien seguras de esto, las luchas por la equidad de derechos y oportunidades no habría sido una batalla tan cara y tan... pero tan larga. No habríamos tenido necesidad de "demostrar" lo que somos ni lo que podemos. No habríamos buscado que se nos reconociera, porque nuestro valer como persona y ser humano ya se lo habríamos inculcado a los otros todos desde antes de su nacimiento.

La conducta social respecto a la mujer es la suma de conductas individuales y es el temor de muchas y muchos lo que ha llevado a una especie de "campo en disputa" con los hombres. Y no es contra ellos... es contra el poder que ellos se adjudicaron... o visto de otro modo, es por haber "decretado" a las mujeres una debilidad que no es tal, aunque física y emocionalmente podamos ser más frágiles.

Esta contradicción enriquece las certezas. De los nacidos vivos, ellos mueren en mayor proporción antes de cumplir un año de vida; se matan entre ellos en guerras y guerrillas; se exponen a situaciones de mayor riesgo en las que dejan de existir; la esperanza de vida ellos es menor, estadísticamente, a la nuestra. En términos de vida y muerte, ellos serían los débiles.

Desde el origen del hombre, las mujeres somos parte de los relatos bíblicos. La cultura de la época las mantenía al margen de los beneficios de la sociedad, pero vino un hombre que eligió a su madre entre ellas. Y sembró dudas sobre lo que se ejercía en contra de las mujeres, no con discursos ni juzgamientos, sino con hechos. Y al morir, entregó su poder y su gloria a María, su madre.

Ninguna lo acusó, lo negó, lo vendió, lo persiguió, lo azotó o lo clavó. No eran conductas de su género. Por el contrario, sintiendo en lo profundo de su ser el gesto maternal de Jesús, lo perfumaron, lo amaron, lo acompañaron, lo lloraron, rezaron por él y lo visitaron después de muerto... Y fueron mujeres las que -entregadas a su muerte no con queja y frustración, sino con humildad, pena y dolor- dieron testimonio de que ahí, donde yacía la muerte, estaba la resurrección. Estas conductas representan un segundo aspecto de lo que somos las mujeres... aun así, todavía nos exigimos y se nos exige más. Pero como sólo son labores, ninguna nos quitará nuestra esencia. Y responderemos a esas exigencias sin dejar de ser nosotras mismas, aunque se sabe que estamos pasando por una transición en que no vemos bien el camino, no por ceguera sino porque el camino tiene diseño y color masculino.

Invitamos a ellos y a ellas que en este instante femenino de las mujeres podamos responder con justicia y agradecimiento a todas las que solas o unidas se han entregado a la protección de su valor humano, entre ellas nuestra Santa María Eufrasia cuyo lema "Cada mujer vale más que un mundo" nos llena de admiración y nos exige actitudes de máximo compromiso, respeto y recogimiento.


¡Feliz día!
Gloria Bensan