Celebración fusión de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad y el Buen Pastor

La Congregación de Nuestra Señora de la Caridad es fundada por San Juan Eudes. María Eufrasia en un ánimo de responder al llamado de la misión, pide a Roma autorización para fundar el Buen Pastor.

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El 27 de junio celebraremos la fusión de la Congregación del Buen Pastor con la Congregación Nuestra Señora de la Caridad. Sin duda alguna este es un gran acontecimiento que por gracia de Dios estamos pronto a vivirlo y esto es, precisamente, lo que debemos de hacer: celebrar la alegría de estar juntas; honrar la misión y recoger la historia y, finalmente, agradecer el don de la unidad.

Santa María Eufrasia señalaba que: “no hay separación cuando se está unida con lazos de caridad como los que nos unen a nosotras. ¿No es esto, acaso, lo que sucede entre nosotras, amadas hijas? ¿Sería posible que sus corazones pudieran un día desunirse? Jamás. Sería nuestra muerte y la de nuestro amado Instituto. Los lazos santos de la caridad nos unen unas a otras. La Casa Madre será nuestro punto de apoyo y el centro común de nuestros afectos. Es preciso que permanezcamos siempre unidas a ella. Pueden tener la completa seguridad de que, mientras exista unión íntima como la que hasta el presente reina en la Congregación, Dios no cesará de colmarla de beneficios y bendiciones porque está escrito: Dios concede a la unión sus bendiciones y la vida eterna”. (Sal 133; 1,3)

Explicación del ícono

En los pasos de san Juan Eudes y santa María Eufrasia, la espiritualidad de las hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor se centra en la persona de Cristo, que cada una está llamada a formar en ella.

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Es en el Corazón de Jesús y de María, que las hermanas están invitadas a tomar el amor para amar a las personas y renovar el ardor de su celo apostólico. Es en la contemplación de este Corazón que se ha desarrollado la compasión y la solicitud de Jesús el Buen Pastor en Santa María Eufrasia; este énfasis ha enriquecido la dimensión de la misericordia que San Juan Eudes reveló en el apostolado de las hermanas de Nuestra Señora de la Caridad.

El reconocimiento de que cada persona es imagen de Dios llevó a decir a Juan Eudes y después a María Eufrasia que “una persona vale más que un mundo”; cada persona es valiosa para Dios y como hija de Dios tiene una dignidad infinita y la resurrección de Cristo está trabajando en ella. Nuestro deseo más profundo es ser portadoras de esperanza, testigos e instrumentos del amor y de la misericordia de Dios que ama a cada persona en forma única. 

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